¿CUAL ES LA CRISIS DE LA BIODIVERSIDAD BAJO UN ENFOQUE INSTRUMENTAL DE LA NATURALEZA?
De acuerdo con los datos obtenidos en el proyecto de Evaluación de los Ecosistemas
del Milenio de Naciones Unidas (2001-2005), la tasa actual de extinción de especies es
entre 100 y 1.000 veces mayor de lo que era en el pasado según los registros fósiles
de los que disponemos. Además, casi un cuarto (24 %) de la superficie original de
ecosistemas terrestres del planeta ha sido transformada por el ser humano en tierras
de cultivo, teniendo lugar gran parte de este cambio en los últimos 60 años7
.
Tradicionalmente, para abordar esta problemática se venían desarrollando dos
grandes tipos de políticas: las ligadas directamente a la conservación de determinadas
especies en peligro de extinción, amenazadas, singulares, etc., y las relacionadas con
la conservación de los hábitats de dichas especies, consistentes fundamentalmente en
la creación de áreas protegidas, bajo diversas formas legales (parques nacionales,
parques naturales, reservas naturales, etc.) o figuras de reconocimiento (reservas de la
biosfera, patrimonio natural, etc.). Bajo estas premisas, se han creado numerosos
catálogos de especies protegidas, estrategias y planes de conservación de especies,
tanto a escala internacional como nacional y regional, y en cuanto a los hábitats, según
los datos recopilados por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza
(IUCN), actualmente existen más de 120.000 áreas protegidas en todo el planeta, que
suponen cerca del 14% de la superficie terrestre.
Sin embargo, como ya hemos visto, a pesar de estas medidas los datos de
pérdida de especies y la degradación y desaparición de ecosistemas siguen siendo
alarmantes, lo que en las últimas décadas viene extendiendo un cierto sentimiento de
frustración acerca de estas medidas políticas como modelo para afrontar la crisis de la
biodiversidad en el contexto del cambio global. Frente a este enfoque de “especies y
espacios”, parece surgir, cada vez con más fuerza, un enfoque que algunos han dado
en llamar instrumental, y que consiste en analizar la problemática no ya bajo la
consideración de las especies o ecosistemas desaparecidos, amenazados,
degradados, etc., sino desde el punto de vista de los beneficios que los seres humanos
obtenemos de éstos, y la pérdida que sufriríamos si fueran destruidos. Se trata del
enfoque de los servicios de los ecosistemas.
Bajo este enfoque de carácter instrumental, los ecosistemas ejercerían una serie
de funciones para los seres humanos que se traducirían, en la medida en que dichas funciones fueran usadas por el ser humano, en un conjunto de beneficios más o menos
tangibles (denominados servicios de los ecosistemas) vitales para muchas de las
dimensiones del bienestar humano.

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