¿QUÉ TIPOS DE GOBIERNO PUEDEN FOMENTAR LA CONSERVACIÓN DE LA BIODIVERSIDAD?
Para fomentar la conservación de la biodiversidad, es necesario contar con organismos sólidos a todos los niveles. Partiendo de la base de que la gestión de la biodiversidad debería producirse a la menor escala posible, en muchas partes del mundo se ha procedido a su descentralización. Sin embargo, es necesario que las administraciones públicas de los diferentes ámbitos se involucren en las leyes y las políticas elaboradas por los gobiernos centrales para reforzar la autoridad en las escalas inferiores de las administraciones. Además, éstas deben estar habilitadas para ofrecer incentivos a la gestión sostenible de los recursos. Ni la centralización absoluta ni la descentralización total de la autoridad resulta siempre en una gestión más eficaz.
En algunos países, los usos y costumbres locales en cuanto a los derechos de propiedad y losecosistemas son mucho más importantes que la legislación sobre la materia. En esos casos, el conocimiento local, combinado con otros criterios de carácter científico, resulta fundamental a la hora de gestionar los ecosistemas locales.
Muchos de los programas de ajuste estructural de mitades o finales de los años 80 (cuyos objetivos eran la estabilidad económica, el crecimiento sectorial y la reducción de la pobreza), provocaron el deterioro de los servicios de los ecosistemas y una pobreza cada vez mayor en muchos países en desarrollo, según la abundante documentación sobre el periodo. Se necesitan esfuerzos adicionales para que la conservación de la biodiversidad y las actividades que hacen un uso sostenible de ésta queden integradas en grandes marcos decisorios como estos.
La cooperación internacional necesita mayores compromisos para conservar la biodiversidad y fomentar el uso sostenible de los recursos biológicos. De hecho, los acuerdos medioambientales multilaterales deberían incluir incentivos para una máxima eficacia, además de sanciones en el caso de incumplimiento. También se deberían buscar sinergias entre los diferentes acuerdos. Paradójicamente, los acuerdos internacionales que abordan asuntos económicos y políticos (y no estrictamente medioambientales), son los que suelen tener un mayor impacto sobre la biodiversidad. Los acuerdos de este tipo deben tener en cuenta las contrapartidas negativas de las diferentes opciones y los impactos sobre la biodiversidad, y para ello tienen que estar en interrelación con otros acuerdos.
Aunque la pérdida de biodiversidad es un problema mundial reconocido, la mayoría de las medidas directas para detener o frenar esta pérdida deberían adoptarse a nivel local o nacional.
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